Diario del Alto Aragón / Domingo, 17 de junio de 2001
Confían en que la CHE se pronuncie en breve respecto a su petición.
M.J.L. – HUESCA – La Asociación de Antiguos Vecinos del pueblo de Saqués -localidad del Valle de Tena que fue expropiada por la construcción del pantano de Búbal- espera que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se pronuncie pronto respecto a su última solicitud para la reversión del casco urbano no inundado por las aguas.
Fue el 12 de abril de 2000, cuando la asociación, de la que forman parte 60 asociados entre antiguos vecinos y descendientes, presentó en el órgano de cuenca su petición, coincidiendo con la constitución formal de la misma. Según explica su presidente, Inocencio Arruebo, la finalidad última del colectivo es conseguir la reversión de las casas no inundadas para que sus antiguos propietarios puedan reconstruirlas, así como «recomponer la raíces de donde nacimos y nuestras relaciones de vecindad». La formulación de esta solicitud implica «un procedimiento legal muy complicado y con muchos trámites, que ha ido avanzando este año. Previsiblemente, en los próximos meses la CHE se pronunciará». En este sentido, desde la Asociación se tiene confianza en que sea favorable a sus intereses, ya que «creemos que se dan los supuestos legales», y consideran que las propiedades no afectadas por el pantano se pueden considerar como bienes sobrantes».
Nueve son las casas que conforman el pueblo de Saqués. El agua sumergió una de ellas, el antiguo hotel «Valle de Tena», las escuelas, la finca «La Artosa’ y otras construcciones agrícolas y ganaderas. Fuera del pantano quedaron ocho casas y la iglesia.
A finales de 1969 los vecinos de Saqués se vieron obligados a abandonar el pueblo. Un año más tarde, la CHE toma posesión de las fincas expropiadas y todos los vecinos se van del pueblo, salvo del señor Ferrer (de Casa Jericó), que aguanta unos años hasta su desalojo definitivo por requerimiento gubernativo.
Entre 1986 y 1988 se formulan varias solicitudes de reversión de las casas y huertos colindantes, «que con el paso de los años se ha constatado que no quedan anegadas por el embalse». En 1989, la CHE notifica a los vecinos la denegación de sus solicitudes, aduciendo que los bienes expropiados siguen afectos al pantano. Ese mismo año, se cede el casco urbano de Saqués a Cruz Roja, entidad que ejecuta diversas obras de rehabilitación que afectan a la iglesia y la casa, corral y cuadra de Lerrero. Asimismo -explica la Asociación- se inició la construcción sobre las casas de Judas y Blango de un albergue con previsiones para cien camas, «que en la actualidad se encuentra en aparente estado de abandono».
Tras la constitución de la Asociación en el 2000, ese mismo año se vuelven a celebrar, tras 32 años, la fiesta de San Miguel (patrón de Saques), y el pasado 3 de junio los vecinos acudieron a la romería de las cruces en la ermita de Santa Elena, en el municipio de Biescas.